Te contaré una historia real...

Esto le sucedió a un joven que vive solo. Rico y con una prometedora carrera como desarrollador en una gran empresa de software, su día a día es bastante normal. Todas las mañanas se levanta temprano, hace su café, prepara la comida para su mascota y se va a trabajar.

Por cierto, su mascota no es un perro, un gato o cualquier otro animalito dentro de una jaula… No, ¡es una mascota extraordinaria! La crió desde muy pequeña y se mueve libremente por todo el apartamento.

Ahora quieres saber de qué animal se trata, ¿verdad? Ya tengo la piel de gallina solo por contarte la historia… ¡Es una pitón!

Las pitones son una familia de serpientes pertenecientes a la superfamilia de las Pythonidae. Por sus características físicas, se les llama “serpientes gigantes”. Tienen la habilidad de matar y comerse animales de especies grandes como los ciervos, sin apenas esfuerzo.

Bueno, ya he dicho suficiente sobre su extraordinaria mascota. Volvamos entonces a este joven que llega a casa después de trabajar. Abre la puerta y entra en su piso. Todo está muy tranquilo. Solo escucha el siseo de la serpiente que está reptando por el techo del salón.

El joven se prepara algo de comer y se sienta frente al televisor, como cada noche, a ver sus programas deportivos. Cuando se hace tarde, se levanta y va a la cocina. Saca la carne cruda de conejo del frigorífico y la deja en el suelo para su mascota. Luego se va a dormir…

A la mañana siguiente, como cada día, su despertador suena puntualmente a las cinco y media. Abre lentamente los ojos y por un breve momento mira al techo con los ojos aún borrosos. Algo parece diferente esta mañana. Se pone nervioso. Siente algo vivo a su alrededor. Moviéndose lentamente, gira la cabeza hacia la derecha y ve el ojo amarillo de la pitón. La mirada de la gran serpiente se posa sobre él. Con cuidado, dirige su mirada a lo largo del cuerpo de la serpiente, recto como un alfiler. Nunca ha visto este comportamiento. La serpiente nunca había venido a su cama antes. Se levanta con cuidado y trata de calmarse. Esta vez, sin desayunar se va a trabajar. Por la noche vuelve a casa, prepara su comida, mira la televisión, deja la comida para la pitón y se va a dormir.

Al día siguiente, suena el despertador y se levanta rápidamente sin dudarlo. Mira brevemente a su cama y allí está la serpiente acostada de nuevo en el lado derecho de su cama, recta como un alfiler. Lentamente, empieza a pensar que algo anda mal con la serpiente. Pide una cita con el veterinario y vuelve antes del trabajo. No puede explicar por qué la serpiente se comporta de ese modo.

Cuando comienza la sesión con la veterinaria, esta le explica el extraño comportamiento de la gran serpiente. Suspira y dice que el comportamiento es muy normal. Él la mira con asombro. "Sí", dice ella: "La serpiente se acuesta en la cama y mide tu altura todos los días para comprobar si cabes en su estómago".

Se va a casa con el animal con una extraña sensación en el estómago. Ha decidido encerrar a la serpiente en una habitación. Al menos eso le da cierta sensación de seguridad.

Como todos los días, prepara la comida para el animal, pero esta vez abre la puerta de la habitación, pone su comida en el suelo, cierra la puerta detrás de él y sale del apartamento.

Pasan tres meses. Una noche, después de volver de trabajar, decide echar un vistazo a la habitación donde ha estado encerrada la serpiente.

Abre la puerta con cuidado. No se oye nada. No puede encontrar a la pitón. Lentamente se da la vuelta y nota que algo detrás de él se mueve hacia el techo. Mira hacia arriba con los ojos abiertos como platos. Gotas de sudor corren por su frente. Todo su cuerpo se ha vuelto rígido. La pitón que encarceló hace tres meses ha crecido hasta tener más de 3 metros de largo. Abre su boca ampliamente sobre su cuerpo y se lo traga por completo con un solo movimiento rápido.

El hombre grita pero no se puede liberar. Después de unos minutos no se escucha nada más del joven… Fin