Emociones tóxicas – “El enfado”

Journalists

¡Hola, holita caracolita! ¿Qué tal os va por Smeet? Soy M A N D Y. vuestra animadora cultural y como os explique en el artículo de “emociones tóxicas” cada mes os voy hablar de una de las emociones que esto engloba, aunque hay más de las que yo voy a tratar durante este año, quise destacar las más interesantes bajo mi punto de vista.

Supongo que muchos diréis “¿qué pasa que enfadarse es algo tóxico, es algo malo?” Para nada, es una emoción como otra cualquiera, pero hay diferentes formas de vivir el enfado es ahí donde os quiero hacer reflexionar.

Existen diferentes estilos:

1) ESTILO PASIVO. Son aquellas personas que se enfadan, se guardan ese enfado, lo interiorizan tanto que al final explotan con las personas de su alrededor, es decir, lo pagan con quién menos se lo merece.

2) ESTILO AGRESIVO. Son aquellas personas que reprimen su ira a propósito para luego utilizarla en contra de las personas, es decir, como yo he sufrido tú también vas a sufrir, son personas que están llenas de rencor y que lo único que le sirve para quitarse ese peso de encima es hacer daño a los demás.

3) ESTILO EXPLOSIVO. Son aquellas personas que la única forma de expresar su desacuerdo es mediante la violencia, es decir, los típicos exaltados que la mínima gritan, insultan o incluso te pegan.

4) ESTILO DEL GANADOR. Son aquellas personas que expresan su desacuerdo de forma clara, educada, sin tapujos, de forma sincera y que utiliza el dolor que les ha provocado esa situación como una fuente de inspiración para superarse día tras día.

Sé que suena muy idílico, pero este tipo de personas son las que a la larga triunfan ¿por qué? Porque no se quedan a vivir en ese dolor, en esa rabia, porque saben perfectamente que en esta vida si quieres avanzar no puedes quedarte en el pasado, porque el pasado ya no existe, entonces quedarte una zona de confort basada en un dolor que ya ha pasado es completamente nocivo porque termina envenenado, termina sacando la peor versión de ti mismo.

¿Y qué pasa cuando eso sucede? Cuando al final todo lo que toca se destruye, es decir, enfadarse es normal, enfadarse está bien, pero ese dolor no tiene que servirnos para condicionarnos la vida, tiene que servirnos de trampolín para aprender la lección y seguir hacia delante, es cuestión de perspectiva, os voy a poner unos ejemplos para que veáis que es realmente el estilo ganador, por ejemplo:

1) He suspendido “oh dios mío, que pena, el profesor me tiene mania, jiji jaja, oh dios” vale, te sientes dolido, te sientes frustrado, con esa energía porque es una energía, al fin y al cabo, vas a trabajar al máximo para que al siguiente examen saques un 10, esa rabia la utilizas como trampolín para mejorarte.

2) “Dios me han despedido, con lo que yo he hecho por esa empresa, no me han sabido valorar, me han tratado fatal” vale, ¿te vas a quedar en casa amargado maldiciendo a esa gente o vas a confiar en ti y con ese dolor vas a salir a la calle con tu mejor sonrisa a buscar el trabajo que no dudo que te merezcas?

Como veis el enfado viene enfocado, nos sirve para mejorarnos a nosotros mismo, para aprender, para superar las cosas, la vida no es un cuento de rosas, te van a traicionar, te van a despedir, vas a suspender, te van a pasar cosas que no te merezcas, pero ¿qué hacemos? ¿nos quedamos en la zona de confort del dolor o utilizamos ese dolor para tirar hacia adelante?

Lo que voy a decir ahora a lo mejor unos no lo comparten, pero en cuanto espiritualidad de las personas, en cuanto a las fuerzas de las personas estamos solos, la gente te puede ayudar, pero estas solo en ese aspecto, es decir, o tiras hacia delante o te superas o te quedas en un dolor absurdo que no te va hacer ningún bien.

No podemos controlar la maldad de la gente ni mucho menos sus errores, pero si podemos controlar como nos afectan y espero que todos tus enfados, todas tus expectativas que al final no se cumplieron te sirvan de trampolín para ser la mejor versión de ti, porque aunque las personas piensen que es un anuncio de Míster Wonderfull, la gente crece así, aprendiendo de las cosas que nos han hecho daño, aprendiendo de las personas que nos han destrozado y por supuesto no las tenemos que tener en nuestra vida.

¡Todos juntos podemos! Un besito y hasta el mes que viene. M A N D Y.